Los mensajes de la virgen a Felisa, la vidente de Umbe.
23 de mayo de 1969: “Estais en mi casa y quiero que me la dejeis”.
20 de julio de 1969. En la cuadra de la casa contemplaba con gran luminosidad a la Virgen. Le dice “El primer día que yo vine a salvarte bajé primeramente al pozo, y éste agua desde hoy queda bendecida para siempre y curará a los enfermos y a los sanos que se laven la cara y los pies. Quiero que aquí se levante una capilla”.
9 de agosto de 1969. A las diez de la noche la familia Sistiaga se encontraba próxima al pozo, cuando apareció un ángel mensajero de la Virgen, el cual le entregó un trozo de terciopelo negro, como muestra del que deberá llevar la imagen de la Virgen. Felisa vio el ángel y el resto de la familia sólo unos resplandores vivísimos, así como un poco de él oyendo a la vez cánticos de coros celestiales.
15 de agosto de 1969: “Vengo a hacer la paz de mis hijos que no me hacen caso”.
14 de julio de 1970: “Cumplir mi deseo en la tierra, que haré el vuestro en el cielo. Yo os quitaré las lágrimas”.
31de julio de 1970: “Yo cumplo lo que prometo. Y el agua seguirá curando”. Tres personas se habían curado. En otra aparición la Virgen tomó en sus manos el Rosario de Felisa y, al devolvérselo, los presentes pudieron apreciar su gran luminosidad y brillo dorado. Le recordó otra vez: “el agua seguirá curando”. Y le dijo: “Aquí quiero mi capilla”.
30 de octubre de 1970. Estando reunidos para rezar, los presentes pudieron ver una luz. La vidente vio a la Virgen que rezó junto con ellos el Rosario. Le manifestó su deseo de traer la paz al mundo, y de que se acuda a rezar a éste lugar. En otra aparición dice: “Si hacen lo que Yo os digo, se salvarán y tendrán paz. Quiero aquí una capilla. Vosotros rezad el Rosario todos los días por la conversión de los pecadores. El agua seguirá curando”.
24 de diciembre de 1970: “Los enfermos curados hagan justicia al favor que han recibido. Si no tendrán el castigo que merecen”.
Hago justicia al favor recibido por la virgen al sentir su presencia en Umbe mientras meditaba y acrecentar mi Fe.
23 de mayo de 1971: “Por todos mis hijos, mis ansias y dolores no tienen fin. Grandes faltas de fe en la Tierra acarrearán su miseria. Si no se hace más caso, de Jueves a Viernes Santo, a principios del siglo, se formará una niebla que no os veréis los unos a los otros. No os servirá ninguna luz. Durará todo el tiempo que haga falta. Los justos y los dignos no sufrirán. Todos mis hijos tendrán que pedir perdón a Dios. Esto es un aviso del castigo. En el período de tiempo que falta hasta entonces cambiarán dos Papas”.
22 de junio de 1971: “Me he aparecido en varios lugares, pero son muy pocos los que creen. Salvaré de las guerras a España; pero habrán muchas catástrofes y enfermedades. Morirán muchos.
Antes que el castigo, os daré el aviso. Se iluminará el cielo con una cruz, que al descomponerse producirá una inmensa luz blanca, que incluso impedirá ver el sol. Durará cuatro horas. Seguidamente azotará un viento ardiente en toda la tierra. De la impresión, muchos morirán. Los que tengan fe en Dios no sufrirán”.
(Yo he tenido esa misma visión, estaba el cielo rojo, como si hubiera un desastre nuclear o de otro tipo, y de repente aparece un punto luminoso blanco que se va agrandando y se forma una gran cruz blanca en el cielo).
2 de octubre de 1971: “Orad hijos míos, penitencia. Pedid, que soy vuestra Madre. Dios da a toda la humanidad un don que no se vende ni se puede comprar. Orad, que quiero salvar a mis hijos”.
4 de junio de 1972: “Cumplid bien vuestros deberes, orad siempre, que soy la Madre de El Salvador, la Madre de Dios. Quiero una capilla y que se acuda a ella en procesión. Mi Hijo está cargado de penas, le pediré que se descargue si no se escucha mis palabras. Esta nación provoca muchos errores contra la Iglesia. Orad, que mi Hijo escucha vuestras oraciones. A los curados que no lo notifican les vendrán males mayores; los que lo comunican son mis lámparas encendidas y serán siempre refugiados bajo mi manto. El agua seguirá curando”.
11 de diciembre de 1975: “Cuando con vuestras oraciones y sacrificios me ayudais a salvar un alma y convertis un pecador, me cerrais una herida. Estoy muy contenta con Umbe. Yo os tengo a todos bajo mi manto”. Al decir esto, la Virgen estrechaba sobre su corazón los fieles que se reúnen en Umbe y se mostraba muy sonriente. En varias de sus apariciones la Virgen ha repetido:”… el agua seguirá curando”.
8 de diciembre de 1988: “Hoy en tu presencia me dirijo a la humanidad. Los demonios están sueltos en la Tierra. Con el Rosario venceréis. Os espero a todos aquí. Deseo mi capilla. No desfallezcáis. Estáis protegidos”.
La Virgen me ha dicho muchas veces que viene para toda la humanidad, para todos sus hijos, y que a todos nos tiene bajo su intercesión. A todos nos quiere mucho y desea nuestra salvación, de tal manera que antes del castigo enviará Dios un Aviso, y para que nadie dude de este Aviso habrá un Milagro. (Conchita, vidente de Garabandal).